
Ahora sí, ya he vuelto. Estoy aquí, ¿estoy en casa?
Vuelta a las calles desordenadas de ladrillo amarillo y rojo. Vuelta al T de “trades”, a las escaleras misteriosas, a los millones de olores de cada puerta. A tener cuidado de no pisar ningún caracol cuando después de la lluvia sale de nuevo el sol.
A saber decir por aquí no paso.
Ahora sí, ya he vuelto. ¿Alguien quiere quedarse?
La verdad es que al final parece que me gusta esta puta ciudad llena de trozos.