11.14.2008

Crónica de una juventud demasiado evidente




4 años: me gustan los zapatitos rojos que la hacen bailar sin parar; me gustan los enanitos que hacen zapatos y el príncipe feliz de ojos de zafiro.
6 años: mi papá va a llegar a la luna, me escondo en su habitación que huele a madera y dibujo con sus fluorescentes.
10 años: me gusta como bebe mi tortuga del plato hondo; mi hermana me dibuja los deberes; cuando me escondo en el armario me gusta como entra la luz por las rendijas.
12 años: todo parece estar mal, todos tienen repentinamente problemas, pero seguro que todo pronto vuelve a la normalidad y mi mundo, que se extiende en el mundo, se calma..
16 años: qué lejos están todos; que poderosamente joven me siento.
18años: el amor es refugio y trampolín.
19años: abro ventanas, y puertas, desplazo cortinas, desempaño los cristales, despejo el humo.
21 años: el mundo espera silencioso e inesperado. Nada nunca jamás volverá a calmarse.
23 años: tengo miedo de ya ser adulta. Los adolescentes me parecen tiernos y lejanos.
25 años: soy quien soy; siento ansiedad por vivir y descubrir; el pensamiento es un frenesí.

1 comment:

Caro de Tebas said...

creo que yo te miraba con una cámara cuando revolvías esos ropajes. Gracias por la crónica.